TRANSITARLab – Resiliencia

TransitarLab es el programa de actividades de la exposición TransitarOrientarse en un mundo cambiante‘ que del 22 al 27 de Enero se puede visitar en el Centre Arts Santa Mònica. Tanto la muestra como las actividades paralelas de Transitar son un proyecto del área de Cultura, Educación y Deportes de la Diputación de Barcelona, y tratan la orientación entendida como una acción constante en la vida.

“Demasiado a menudo percibimos el fracaso como una puerta que se cierra. Y si fuera más bien una ventana que se abre?”. Esta frase del escritor Charles Pepin sobrevuela todo el laboratorio, que empieza con la presentación del trabajo de dos entidades sin ánimo de lucro: Makea Tú Vida, una plataforma dedicada a la cocreació y educación que trabaja a partir de la reutilización de recursos, y que lo explica su cofundadora Mireia Juan; y El Llindar, una escuela de Cornellà del Llobregat especialista en jóvenes que han abandonado sus estudios, y que representa su directora de Formación Cristina Gómez.

¿Qué tienen en común estos dos proyectos? Que creen en las nuevas oportunidades. Mireia Juan de Makea explica que “vivimos en un mundo donde todo se nos da hecho y acabado, y no tenemos margen para intervenir las cosas y ser creativos”. Para la profesional, esto es un problema porque las modificaciones permiten que las cosas evolucionen, y hay que “aprovechar las grietas del sistema para experimentar con todo aquello que rechazamos de entrada”. Si el sistema premia la competencia, la jerarquía vertical, la normalidad y la réplica perfecta, Makea Tu Vida apuesta por el error, la diferencia, las impurezas, la cooperación, el aprovechamiento y el reparto.

“Nosotros no tenemos un espacio, sino una caja de herramientas, y nos movemos allá donde toca”, relata Mireia Juan. Algunos de los proyectos que ha hecho esta entidad son cursos específicos para escuelas de arquitectura o diseño, o intervenciones en espacios como por ejemplo la construcción del mobiliario interior de la Fabra i Coats de Sant Andreu, entre otros muchos. Su proceso requiere un tiempo de pensamiento previo: “Prácticamente siempre queremos empezar a construir recursos sin cuestionarnos qué necesitamos, y tenemos que mirar las cosas con otros ojos: preguntarnos qué tenemos y en que se puede convertir”, resume Juan.

Por su parte, la directora de Formación d’El Llindar, Cristina Gómez, explica que quieren “ofrecer un espacio educativo que permita romper la sucesión de fracasos”, idea que se sustenta sobre una crítica al sistema educativo actual, que según Gómez es muy rígido y crea situaciones en que jóvenes y adolescentes con talento no se ven con la capacidad de llevar a cabo cosas. Para conseguir revertir esta situación, hay que aprender a mesurar el éxito escolar más allá del rendimiento anual, y esto es el que hace precisamente esta entidad. “Somos una escuela”, apunta ella, “y es vital por nosotros construir itinerarios flexibles y largos, como mínimo de 3 o 4 años, para ofrecer un futuro al alumno”.

El Llindar empezó en 2003 siendo un espacio con ocho alumnos y cinco profesores, y hoy en día ya cuenta con cuatrocientos estudiantes y cincuenta y tres profesionales. Los jóvenes tienden a ser víctimas de “un fracaso que mayoritariamente no empieza a la ESO, sino a tercero de Primaria”, dice la directora de Formación. Una de los trabajos que hace El Llindar es sacar a los jóvenes del papel de víctimas, entender su acumulación de heridas y la desconfianza hacia el adulto, y enseñarlos a poner palabras a su malestar. “Tienen que tener el propósito de escoger lo que quieren hacer y hacerse responsables de su vida”, reitera Cristina Gómez. Los alumnos de esta escuela pueden elegir cuatro recorridos, y en todos ellos aprenden de forma práctica la profesión, con alianzas potentes con el mundo de la empresa.

En cuanto al futuro, Mireia Juan de Makea Tu Vida remarca “la importancia de generar espacios de posibilidades”, tal como hacen ellos con los recursos materiales y como hace El Llindar con las personas. Para Juan, hay que conseguir trabajar los valores del cuidado y el respeto, y ser conscientes de la responsabilidad y la necesidad de estar activos. Cristina Gómez comparte este punto de vista, y recuerda que “para algunos el fracaso es una piedra muy gorda, y por otras es una oportunidad para empezar a construir”. En el caso d’El Llindar, Gómez apunta que el sistema educativo no está preparado para atender la diversidad, y que el futuro tiene que pasar por tener “un sistema educativo único, pero tipo de escuelas diferentes”.

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